Las máquinas llegaron para quedarse pero desde su invención la mente humana no ha parado de crear, desarrollar y mejorar sus posibilidades. Por ello, desde el chip de un móvil al sistema de una lavadora, la obsolescencia de los componentes que integran cualquier mecanismo es una constante presente
desde los inicios de la industria hasta nuestros días.
Por esa razón, y enmarcados en la economía circular, los Circular FAB son un recurso para revitalizar la vida de los negocios y exprimir al máximo las posibilidades de las personas que hacen uso de sus espacios. Así es como surgió la oportunidad para uno de sus usuarios, Ildefonso. Él cuenta con un taller en la localidad y se había encontrado en la imposibilidad de llevar a cabo su actividad debido a que el nuevo modelo en el mercado para una de sus máquinas no era compatible con las baterías que disponía. Para solucionarlo, realizó la impresión en 3D de una pieza que le permite aprovechar las baterías de sus antiguas herramientas en las nuevas de otra marca. Esta pequeña impresión le ahorró tener que invertir en la adquisición de nuevas baterías y evitó que las antiguas terminaran en el vertedero.
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